Iniciamos la visita a la
casa por el invernadero,
donde había instalada una
fuente de marmol acana-
lado, aún sin
agua, las
ventanas en
arco de ela-
borado diseño se abrían al
jardín, que a la sazón
no era más que un prado anegado donde destacaban
tres hermosos y enormes olmos.
KATHARINE MCMAHON