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DANA
O Danu, es la diosa de la cultura
celta. También llamada Ana o Anu en
Irlanda. REpresenta la fuerza de la
tierra, que concede la fertilidad y
tiene el poder de curar todas las
enfermedades. Sus hijos, los Tuatha
Dé Danann, eran un pueblo de sacerdotes
y druidas que llegó a irlanda desde
el Occidente portando la piedra de Fal,
que gritaba en presencia del rey legítimo,
la lanza de Lugh, que aseguraba la victoria:
la espada de Nuadu, de la que nadie podía
salir ileso; y el caldero de Daga, del cual
nadie se apartaba in satisfecho. A su llegada
a las costas irlandesas, loa Tuatha Dé Dnann
tuvieron que luchar contra una raza de gigantes
conocidos como los fomorianos. Los vencieron,
pero como muestra de su generosidad dejaron
para los gigantes un pequeño territorio.
Dana aparece representada en muchos
monumentos megalíticos junto con alguno de
sus atributos, como el hacha de sacrificios,
el cayado de pastor o la serpiente de la
fertilidad. Se la concebía como un espiritú
moderador que habitaba en todas las cosas; es
la gran diosa madre dadora de toda vida.
En época cristiana, los celtas solaparon su
culto con la devoción de Santa Brígida.
O Danu, es la diosa de la cultura
celta. También llamada Ana o Anu en
Irlanda. REpresenta la fuerza de la
tierra, que concede la fertilidad y
tiene el poder de curar todas las
enfermedades. Sus hijos, los Tuatha
Dé Danann, eran un pueblo de sacerdotes
y druidas que llegó a irlanda desde
el Occidente portando la piedra de Fal,
que gritaba en presencia del rey legítimo,
la lanza de Lugh, que aseguraba la victoria:
la espada de Nuadu, de la que nadie podía
salir ileso; y el caldero de Daga, del cual
nadie se apartaba in satisfecho. A su llegada
a las costas irlandesas, loa Tuatha Dé Dnann
tuvieron que luchar contra una raza de gigantes
conocidos como los fomorianos. Los vencieron,
pero como muestra de su generosidad dejaron
para los gigantes un pequeño territorio.
Dana aparece representada en muchos
monumentos megalíticos junto con alguno de
sus atributos, como el hacha de sacrificios,
el cayado de pastor o la serpiente de la
fertilidad. Se la concebía como un espiritú
moderador que habitaba en todas las cosas; es
la gran diosa madre dadora de toda vida.
En época cristiana, los celtas solaparon su
culto con la devoción de Santa Brígida.