¿Sabias qué...?
El toro de mayor peso, en la historia que se conoce de la tauromaquía, se lidió el domingo 24 de julio de 1932 en
la monumental de Barcelona. Aquella tarde alternaban en el cartel el torero vasco Pedro Basauri "Pedrucho" y los
toreros mejicanos Heriberto y David Liceaga. La ganadería anunciada pertenecía a Mora Figueroa. Fue David Liceaga
el encargado de estoquear a semejante "bufalo". El sexto toro de la ganadería titular fue devuelto a los corrales,
en su lugar salió el sobrero de la ganadería de Arranz con un peso de 950 kilos.
Este morlaco haría las delicias de los aficionados del tendido 7 de Las Ventas (Madrid), que como es sabido, cada
vez que el ganadero presenta un toro con un peso y unas hechuras menores de las deseadas por los aficionados de tan
curioso tendido, todos empiezan a gritar: ¡Miau! ¡Miau!... les gustan los toros que superen los 600 kilos, pero lo
que para ellos es un toro serio y bien presentado, para otros aficionados esos toros grandes tienen escasa movilidad
y poca embestida. Pero ninguno discutiría, que el toro de Arranz y el diestro mexicano pasaron a la historia de la
Tauromaquia al lidiar el toro más grande que jamás se ha visto en una plaza.
El toro de mayor peso, en la historia que se conoce de la tauromaquía, se lidió el domingo 24 de julio de 1932 en
la monumental de Barcelona. Aquella tarde alternaban en el cartel el torero vasco Pedro Basauri "Pedrucho" y los
toreros mejicanos Heriberto y David Liceaga. La ganadería anunciada pertenecía a Mora Figueroa. Fue David Liceaga
el encargado de estoquear a semejante "bufalo". El sexto toro de la ganadería titular fue devuelto a los corrales,
en su lugar salió el sobrero de la ganadería de Arranz con un peso de 950 kilos.
Este morlaco haría las delicias de los aficionados del tendido 7 de Las Ventas (Madrid), que como es sabido, cada
vez que el ganadero presenta un toro con un peso y unas hechuras menores de las deseadas por los aficionados de tan
curioso tendido, todos empiezan a gritar: ¡Miau! ¡Miau!... les gustan los toros que superen los 600 kilos, pero lo
que para ellos es un toro serio y bien presentado, para otros aficionados esos toros grandes tienen escasa movilidad
y poca embestida. Pero ninguno discutiría, que el toro de Arranz y el diestro mexicano pasaron a la historia de la
Tauromaquia al lidiar el toro más grande que jamás se ha visto en una plaza.