
Israel está en el destierro, pero el profeta
Jeremías conserva la esperanza y se la quiere
transmitir al pueblo. El futuro no es el desastre,
tenéis que fiaros de Dios.
Fijese en la escena del Evangelio porque tiene un
momento emocionante; el ciego pregunta quién es el
que pasa. Le dicen que es Jesús y entonces empieza
a gritar sin parar. Muchos le regañaban para que se
callara. Pero el gritaba con más fuerza todavía:
Hijo de David,, ten compasión de mí". Es la imparable
fuerza de la esperanza, la que Jesús hace brotar en
los afligidos, los abandonados, los des-esperanzados.
También los ha dicho el papa Francisco; "La misión
de la Iglesia es curar y consolar". Porque esa fue
la misión de Jesús.
Y lo dice con enorme acierto también la segunda
lectura. El puede comprender a los ignorantes y
extraviados, ya que él mismo está envuelto en
debilidades. Ojala se pueda decir exactamente eso
de nosotros, la Iglesia.
Jeremías conserva la esperanza y se la quiere
transmitir al pueblo. El futuro no es el desastre,
tenéis que fiaros de Dios.
Fijese en la escena del Evangelio porque tiene un
momento emocionante; el ciego pregunta quién es el
que pasa. Le dicen que es Jesús y entonces empieza
a gritar sin parar. Muchos le regañaban para que se
callara. Pero el gritaba con más fuerza todavía:
Hijo de David,, ten compasión de mí". Es la imparable
fuerza de la esperanza, la que Jesús hace brotar en
los afligidos, los abandonados, los des-esperanzados.
También los ha dicho el papa Francisco; "La misión
de la Iglesia es curar y consolar". Porque esa fue
la misión de Jesús.
Y lo dice con enorme acierto también la segunda
lectura. El puede comprender a los ignorantes y
extraviados, ya que él mismo está envuelto en
debilidades. Ojala se pueda decir exactamente eso
de nosotros, la Iglesia.