En
casa Pepín, ibamos a merendar aquellas raciones de cecina, cabezas de cordero, conejo, caracoles y aquel vinillo clarete en porrón, aquellas mesas corridas que hacía
amigos de desconocidos, aquel suelo de tierra batida, cada vez que voy a Carrión, que lo hago con frecuencia, ya que mis padres viven en el
pueblo, me acuerdo mucho de casa Pepín, y la cerró
Sanidad, cuantos peores había en Carrión y continuaron.
Jgc.