su origen se cita en el siglo IX o principios del X,
Forma parte del importante conjunto rupestre existente en la
Montaña Palentina y en el sur de
Cantabria, que tuvo su mayor apogeo en los primeros siglos de la Edad Media. Se encuentra en el
camino que conduce a la localidad de
Vado, cerca de la confluencia de los
ríos Pisuerga y Ribera, en un lugar que invita al
paseo y recibe el nombre de Vallejera.
Presenta una gran sala rectangular con varias entradas y toscos vanos, a la que se suma una
capilla excavada al este, diferenciada del resto por un escalón, que pudo haber estado cerrada mediante un
ábside de mampostería. La
ermita está rodeada de una necrópolis, fechada entre los siglos VIII y IX, que cuenta con una veintena de tumbas excavadas en la
roca, de tipo antropomorfo, de las que pueden verse actualmente una decena.
La ermita y la necrópolis pudieron formar parte de un pequeño complejo monástico que contaría con otros
edificios ya inexistentes. Desaparecida esta comunidad monacal,
San Vicente pervivió como ermita hasta mediados del siglo XIX, cuando fue abandonada definitivamente.