Y las autoridades. Esta
fiesta famosa por un detalle bárbaro, que finalmente se ha suprimido gracias a un par de personajes, era la atracción de la gente. Por el estrecho paso pasaban (y pasan) el
santo y las autoridades, mientras que antaño, unos salvajes con alicates y tenazas hacían ladrar a unos perros metidos en el
arco... Eso era la máxima atracción de esta fiesta. Torturar a unos animales mientras el Santo y las autoridades se agachaban para pasar por el pequeño hueco... Hoy sería materia punible una cosa semejante...