Esa misma jornada llegamos hasta la
fábrica de ovoides o de bolas. Era muy conocida en la zona porque surtía de ese tipo de carbón a los hogares. Aprovechaba el polvo de carbón de las
minas abundantes en la zona y (el polvo era conocido por "islán") y lo comprimia en forma ovoide y brillante y era el combustible de las cocinas de carbón (bilbainas) que ayudaban a calentar las
casas en los duros
inviernos de aquel tiempo.
Incluso había proveedores particulares que las fabricaban a mano. Más baratas y de peor calidad.