Ese año, tuve predilección por las panorámicas. Ésta, de
otoño del 2004 es representativa de la
estación de los
colores ocres y los días dulces. En altura se ven ya nieves y se adivina la proximidad del
invierno.
Sin duda un mes antes, el
colorido hubiera sido más variado e intenso. Es algo que tengo pendiente y puede que este año...
Resalto los ocres oscuros del hayedo (Fagus sylvatica), los claros del roble (Quercus pirenaica) y el verdor perenne de las “escobas”, o sea Genistas, (Cytisus scoparius)