Un año con un
invierno anodino en cuanto a
nieve, termina con un
otoño reseñable. Es noviembre y la nieve se presta a una buena y rutilante
fotografía, esta vez desde un lugar que está presidido de forma total por esta
montaña piramidal en su cara NE. La mañana fría y la pureza del aíre permiten esta estampa singular a mes y medio del invierno oficial.
La estampa es moderna en el primer plano. El boom constructivo ha dejado una urbanización de
casas-chalets mientras a mi espalda están las
calles estrechas y la viviendas humildes del
barrio antiguo conocido por Perché.