La fotografía conserva la esencia de la cara NE pero apunta algunos rasgos de la Norte. La estampa del Pico está más cercana y todo está más maduro porque estamos a punto de pasar al verano astronómico. Este año a partir de julio el calor ha sido agobiante durante los meses de julio y agosto.
Al paisaje cerverano verde le ha salvado una primavera extraordinariamente lluviosa y bastante fresca.
Desde aquí sigue siendo una imagen retadora y conozco a gente que comenzó su compromiso con subir montañas cuando alcanzó esta modesta cumbre.