No podía faltar la presencia de artesanos de un calzado usado desde tiempos antiquísimos, cuando el barro y la
nieve era lo único existente en
pueblos y villas de la
Montaña Palentina. En tiempos no muy lejanos, cada
pueblo tenía uno o varios artesanos en este peculiar calzado que hasta la llegada del goretex o similares procuraba confort a sus habitantes.