Naturalmente que para funcionar la Central, había un
canal que desviaba parte del caudal del Rivera,
río siempre abundante, al lugar donde se precipitaba nuevamente al río, moviendo las turbinas. Su potencia no era muy grande, pero suficiente para los tiempos en que las
casas tenían unas pocas bombillas de 25 w, o el alumbrado público de 100 W o menos.