O sea del servicio de basuras. Quizás lo haya contado, pero merece la pena repetirlo. Hasta el final de la década de los sesenta del pasado siglo las basuras las recogía el señor Requena con un pequeño
carro tirado con un burro ¡qué tiempos! En cada
casa tenían que estar atentos para sacarla al oír la trompetilla, sino tenían que esperar hasta el día siguiente. La ventaja es que en aquellos tiempos, basura orgánica era casi inexistente, que la economía no daba para ello. el grueso eran cenizas del carbón de la cocina bilbaína. Creo que en el año 1969, jubilado Requena, el
Ayuntamiento motorizó el servicio comprando un camión (pagado a plazos) y éste tuvo su conductor -Florentino- y su encargado de recogerlas -Agustín-. Bastante más tarde el servicio se dio a una empresa privada (cambiante) y así sigue con mejoras notables. La más importante la instalación de contenedores en tiempos de Antonio Villanueva...