Es nueva al menos para mí, pero la
casa tiene
historia, una larga historia. Llega a Cervera un relojero gallego. No era un cualquiera, era muy hábil y se abrió
camino. Instalo su relojería en una casa que compró en la
Plaza Mayor
esquina de la
calle-callejón Tetuán. En la planta baja trabajó meticulosamente hasta más de los 90 años. Todos los días. Con él sus hijo Benigno y su nieto Angelito... Tuve muy estrecha relación con todos ellos pero me interesa el último especialmente. Poco a poco desaparecieron todos los de la
familia. el primero Ángel Barrenechea, que no se dedicaba a los
relojes, sino a la pintura de
paisajes y en eso era extraordinario, luego el abuelo, el hijo y Angelito se casó con Conchita Freire de una familia de propietarios de
minas. Murió Angelito (pongo ese nombre porque era el popular)
joven y Conchita independiente y emprendedora ha convertido la casa en lo que sigue: dos
bares y un
restaurante... así que una portalada nueva y un
escudo nuevo no me sorprenden... Lo que me importa de la historia es sacar a la luz a un lugar que por décadas fue una relojería a famada...