Seguro que muchos no lo saben o bien lo han olvidado. Esta fiesta tenía algo singular que ayudaba a propagarla por toda la comarca. Un nombre " los perros de San Roque" y es que en un costado habían albergado los constructores del Arco uno montón de perros y se les martirizaba mientras la autoridades pasaban bajo el arco. Los perros aullaban de dolor en ese momento y a los asistentes les parecía gracioso y era la atracción del día.
Un párroco y un alcalde consiguieron el cese de tan bárbara costumbre. Durante años esa tradición fue sustituida por cintas con los lamentos y ladridos perrunos que se ponían en marcha en el momento del paso. De este año doy fe, que eso también ha desaparecido...