Es una tarde cenicienta y mustia,
Destartalada, como el alma mia;
Y esta vieja angustia.
Que habita mi usual hipocondria.
La causa de esta angustia no consigo
Ni vagamente comprender siquiera;
Pero recuerdo y, recordando, digo:
-Si, yo era niño, y tú, mi campañera.
Destartalada, como el alma mia;
Y esta vieja angustia.
Que habita mi usual hipocondria.
La causa de esta angustia no consigo
Ni vagamente comprender siquiera;
Pero recuerdo y, recordando, digo:
-Si, yo era niño, y tú, mi campañera.