Un Calzada estuvo conmigo en la
mili, hace muchisimos años ya. Era lo que ahora se diría, un tio cachondo, no se aburría uno con el tomando unos vinos y dando los
paseos cuarteleros. Eran los años cincuenta y tantos, o sea el siglo pasado. ¡Que barbaridad, como pasa el tiempo ¡