el año pasado, 2018, tuve el honor de ayudar a un señor y a una señora en recoger y dejar en su
altar a nuestra señora la real,
Cillamayor
Fue muy emocionante, al terminar aquel señor y yo nos fundimos en un abrazo, él supongo en agradecimiento a la
virgen por haberle concedido un año más, yo simplemente por haberme permitido estar allí
Que este año se repita lo mismo