Otra
foto de la parte trasera de la
iglesia tras las obras. Esta zona del
edificio es la más expuesta a la humedad y las filtraciones, que han hecho bastante daño al edificio, precisamente en su parte más antigua. Aquí se aprecia parte del primitivo muro
románico, con
canecillos lisos sosteniendo la cornisa, y la posterior reedificación y ampliación en los siglos XV-XVI, con el añadido de la sacristía y la
capilla de la Inmaculada, que sobresalen del volumen de la nave.