Charo, la gente puede cambiar las
casas, el mobiliario, incluso un
puente, como ha sido el caso de Congosto, pero las bases de nuestros recuerdos, están grabadas y regrabadas en nuestro cerebro, como si de un disco duro se tratara, y sólamente Dios nos lo podrá borrar.
No conozco personalmente a Sergio ni a Ines, (creo), pero si familiares suyos, de quienes guardaré un inmejorable recuerdo, en todas partes donde iba de pequeño y de
joven, en este
pueblo, me sentía agusto porque me trataban con afecto,
... (ver texto completo)