¡Observo que ha desaparecido el porche de la entrada, donde antíguamente se dejaban el calzado de madera con tres tacos con el que se caminaba por las calles para no llenarse de barro. Eran similares a los zuecos holandeses, no sé si las llamaban "abarcas", ó "albarcas".
¡Qué nostalgia!
¡Qué nostalgia!