Yo recuerdo el Otero porque mi abuela era la encargada de organizar la fiesta y sobre todo lo recuerdo porque allí comía los primeros albaricoques del año que traían los que ponían los puestos de golosinas.Es un lugar que he fotografiado cientos de veces y que he pintado en múltiples ocasiones. Supongo que porque mi madre es una devota empedernida de esta virgen. J.M.