Son comunes nuestros recuerdos, Charo, esos chopos con su franja blanca de la carretera, no se me borrarán de mi memoria, esa ermita de la Virgen de la Rogativa, la Virgen de Otero, siempre presente en nuestro corazón y que por mucho que cambien las cosas, no conseguirán que la olvidemos, como ese río Valdavia, donde en sus riberas, tan hermosos y recordados momentos vivimos.
Pero, lo pasado es historia, y debemos vivir con fuerza el presente, para que nos ayude a fortalecer el futuro.
Un cordial... Llevas toda la razón Charo, muchas veces subíamos mi madre, mi tío y yo por contemplar, desde su altura, todo
el valle que rodea la Ermita, habían plantado árboles alrededor de ella, pero supongo que se secaron porque no los veo. Agunos que hay pequeños deben se nuevos porque de hace cuarenta años ya srían chopos altos.
La antígua Ermita, (la misma), para mi modo de entender, era más acorde con la antiguedad de la Iglesia, creo que se debía haber respetado el estilo, pero como dice el refrán "Doctores... ¡A quien corresponda, trato de rogarle.!
¿ No habría alguna forma de reponer esa olma seca, ó poner otra junto a ella para que alegre más el paisaje de la ermita?.
¡Ciertamente, a los que conocíamos el paisaje nos dá mucha pena por tan gran pérdida! ¡Me produce una gran pena contemplar esa olma seca, cuando nos cobijabamos bajo sus ramas y sus hojas verdes, despues de subir la cuesta hasta la ermita,
De los rayos del Sol, y lo bien que se estaba! ¡Yo también he intentado responderte pero tampoco me refleja mi comentario,
Seguiremos con paciencia hasta conseguirlo!.
No te alteres M. Abad. Un beso. Eduardo.