¡Qué cambio ha experimentado El Otero del qué yo conocía!
La carretera de asfalto le quita la belleza de cuando subíamos mi madre, mi tío, a decir misa, y yo; por en medio de la cuesta, y cuando llegábamos arriba disfrutábamos del placer de la sombra que nos proporcionaba la Olma, ya seca, mientras nos sentábamos en el viejo tronco caído a la vez que contemplábamos la belleza del valle.
¡Cuánto ha cambiado la belleza del lugar y la parte izquierda del Otero. !
¡ Ley de vida!
La carretera de asfalto le quita la belleza de cuando subíamos mi madre, mi tío, a decir misa, y yo; por en medio de la cuesta, y cuando llegábamos arriba disfrutábamos del placer de la sombra que nos proporcionaba la Olma, ya seca, mientras nos sentábamos en el viejo tronco caído a la vez que contemplábamos la belleza del valle.
¡Cuánto ha cambiado la belleza del lugar y la parte izquierda del Otero. !
¡ Ley de vida!