Charo, la gente puede cambiar las casas, el mobiliario, incluso un puente, como ha sido el caso de Congosto, pero las bases de nuestros recuerdos, están grabadas y regrabadas en nuestro cerebro, como si de un disco duro se tratara, y sólamente Dios nos lo podrá borrar.
No conozco personalmente a Sergio ni a Ines, (creo), pero si familiares suyos, de quienes guardaré un inmejorable recuerdo, en todas partes donde iba de pequeño y de joven, en este pueblo, me sentía agusto porque me trataban con afecto, sentía el aprecio mutuo de ellos por mí como de mí por ellos, como me lo inculcó mi madre.
Recordando aquellos momentos, fluyen a mis ojos una lágrima de emoción, pero aunque alguno me considere duro, en estas situaciones soy de lágrima facil.
Tengo pendiente todavía una pregunta sobre la existencia en Congosto, aún, de la confitería de Aurelia, la recuerdo como mujer trabajadora, como todas las de la zona, bajita, (no mucho) y afable en el trato.
En una de las fotografías está la casa, que estaba situada en la plaza, junto al Ayuntamiento.
Se me hace la boca agua recordar aquellas rosquillas bañadas de la zona, las bolas redondas de merengue, las pastas.....
Si El Emigrao estuviera allí ya lo estaría degustando con la mente.
Un abrazo cordial, Charo, Irene, Raquel, Asun, Sergio, y para todos los del foro.
Eduardo.
No conozco personalmente a Sergio ni a Ines, (creo), pero si familiares suyos, de quienes guardaré un inmejorable recuerdo, en todas partes donde iba de pequeño y de joven, en este pueblo, me sentía agusto porque me trataban con afecto, sentía el aprecio mutuo de ellos por mí como de mí por ellos, como me lo inculcó mi madre.
Recordando aquellos momentos, fluyen a mis ojos una lágrima de emoción, pero aunque alguno me considere duro, en estas situaciones soy de lágrima facil.
Tengo pendiente todavía una pregunta sobre la existencia en Congosto, aún, de la confitería de Aurelia, la recuerdo como mujer trabajadora, como todas las de la zona, bajita, (no mucho) y afable en el trato.
En una de las fotografías está la casa, que estaba situada en la plaza, junto al Ayuntamiento.
Se me hace la boca agua recordar aquellas rosquillas bañadas de la zona, las bolas redondas de merengue, las pastas.....
Si El Emigrao estuviera allí ya lo estaría degustando con la mente.
Un abrazo cordial, Charo, Irene, Raquel, Asun, Sergio, y para todos los del foro.
Eduardo.