Todos los amaneceres de Castilla, todos los atardeceres en verano, su rio Pisuerga, las heras, los colores ocres de sus paisajes, las mujeres y los hombres del campo, el olor a naturaleza viva, a fruta fresca y trigo cosechado. Siempre vivirá en mi memoria, este pueblo querido, Cordovilla la Real, el pueblo que vivió mi adolescencia, mi despertar a la vida, cuando en aquellos veranos de los años 60, viajaba en compañia de mi padre, como un guia perfecto, orgulloso de el pueblo en que había nacido, su querida Cordovilla.
Cuanta añoranza hay en cada rincón de este pueblo, quizás, porque sabemos que parte de ello solo existe ya en el recuerdo.
Pero yo, espero volver pronto despues de muchos años, (años en los que me dejé la piel a jirones), para ver si el pueblo de mis padres y mis antepasados a sobrevivido a la locura de la especulación urbanística y volver a pasear por sus callejuelas, y visitar la iglesia, (aunque yo no soy religiosa), y bañarme en su rio Pisuerga y volver a contemplar el famoso puente de estilo románico que decía mi padre había mandado construir el Rey Carlos III, y visitar los pueblos de Torquemada, Quintana del Puente y otros que no recuerdo ahora.
Cuanta añoranza hay en cada rincón de este pueblo, quizás, porque sabemos que parte de ello solo existe ya en el recuerdo.
Pero yo, espero volver pronto despues de muchos años, (años en los que me dejé la piel a jirones), para ver si el pueblo de mis padres y mis antepasados a sobrevivido a la locura de la especulación urbanística y volver a pasear por sus callejuelas, y visitar la iglesia, (aunque yo no soy religiosa), y bañarme en su rio Pisuerga y volver a contemplar el famoso puente de estilo románico que decía mi padre había mandado construir el Rey Carlos III, y visitar los pueblos de Torquemada, Quintana del Puente y otros que no recuerdo ahora.