Te agradezco tus buenos deseos, Charo, pero aun me queda una semana de sufrir los calores de la Gran Ciudad, como tú la denominas, para nosotros, el "Gran sufrimiento" porque nos gustaría estar en una fuente similar, refrescándonos y oyendo el murmullo del agua.
Mientras, disfrutaré de los comentarios tuyos y de Rubí, ya que los demás ya se han marchado.
Sí recuerdo, en el pueblo de mi madre, que íbamos mi primo y yo a por agua a la fuente, (éramos los designados por la familia) que estaba, bién...