El héroe de Viduerna
Javier García Quijano nació en Viduerna en 1875. Llamado a filas, partió hacia Filipinas en 1896. Después de meses de sangrienta guerra en la que fue herido en una pierna, quedó su destacamento abandonado en la localidad de Baler.
Eran apenas cuarenta hombres que se refugiaron en la iglesia y allí resistieron once meses de asedio. Jesús, que ya era cabo, no sabía, como tampoco los demás, que ya la guerra había terminado. Su honor les impedía rendirse, hasta que, meses después, se enteraron de la retirada española y capitularon honrosamente. Hasta el presidente de Filipinas Emilio Aguinaldo reconoció su valor.
Vuelto a Viduerna fundó una familia y tuvo doce hijos. El heroico veterano fue nuevamente herido por un bomba que durante la guerra civil española le arrojó un avión mientras trabajaba sembrando patatas con otros familiares. Al fin murió en Viduerna tras penosa enfermedad en 1947. En el cementerio parroquial yace enterrado uno de los "últimos de Filipinas".
Javier García Quijano nació en Viduerna en 1875. Llamado a filas, partió hacia Filipinas en 1896. Después de meses de sangrienta guerra en la que fue herido en una pierna, quedó su destacamento abandonado en la localidad de Baler.
Eran apenas cuarenta hombres que se refugiaron en la iglesia y allí resistieron once meses de asedio. Jesús, que ya era cabo, no sabía, como tampoco los demás, que ya la guerra había terminado. Su honor les impedía rendirse, hasta que, meses después, se enteraron de la retirada española y capitularon honrosamente. Hasta el presidente de Filipinas Emilio Aguinaldo reconoció su valor.
Vuelto a Viduerna fundó una familia y tuvo doce hijos. El heroico veterano fue nuevamente herido por un bomba que durante la guerra civil española le arrojó un avión mientras trabajaba sembrando patatas con otros familiares. Al fin murió en Viduerna tras penosa enfermedad en 1947. En el cementerio parroquial yace enterrado uno de los "últimos de Filipinas".