Lo defines magníficamente, Charo, era así como lo veíamos despues de una nevada que tapaba las puertas de las casas,
(eso sí era nevar y no lo que queda ahora), y veíamos por la mañana un sol cegador, que nos invitaba a lanzárnos a jugar con la nieve, a hacer bolas de nieve, muñecos, a resbalar por ella, y a prepararnos para la paliza que nos darían nuestras madres por empaparnos.
Pero merecía la pena por lo que se disfrutaba.
¡Ya me imagino a Charo haciéndo lo mismo!.
Un abrazo cordial Charo, Emigrao, Rubí, Cupe y todos/as.
Eduardo
(eso sí era nevar y no lo que queda ahora), y veíamos por la mañana un sol cegador, que nos invitaba a lanzárnos a jugar con la nieve, a hacer bolas de nieve, muñecos, a resbalar por ella, y a prepararnos para la paliza que nos darían nuestras madres por empaparnos.
Pero merecía la pena por lo que se disfrutaba.
¡Ya me imagino a Charo haciéndo lo mismo!.
Un abrazo cordial Charo, Emigrao, Rubí, Cupe y todos/as.
Eduardo