Se encuentra en la montaña palentina.
La distancia a la capital es de 111,6 kilómetros.

Castrejón de la Peña

La iglesia de San Vicente de Cubillo: es de mampostería y ladrillo, dispone de una nave dividida en tres tramos que se cubren con bóveda de cañón con fajones. La torre se levanta en la cabecera. Su portada adintelada está precedida por un pórtico con la siguiente inscripción: Hizose esta obra siendo cura párroco Juan Cascón. AÑO 1852".
El lado del Evangelio conserva una escultura de San Vicente, patrono de la iglesia, y otra escultura bastante interesante, de la Virgen con el niño del siglo XVI. En la sacristía se guarda una escultura del Niño Jesús del siglo XVII.

El primero de mayo

Jugar a los bolos.

Seguramente Cubillo provenga del diminutivo de la voz latina "covus" (hueco, hondo, como se puede comprobar, más antes que ahora, si se abserva su terreno respecto de Traspeña. Loma,, Castrejón, etc., derivando Cov-ello> Cubillo. Por tanto su significado sería "el lugar del pequeño hondón", con el anexo localizador "de Catrejón".

Cubillo, al que se citaba como "COVILLO CERCA DE CANTORAL", era también lugar solariego y pertenecía a Juan Rodríguez de Cisneros y a los hijos de Garci González de Buedo. Daban al rey moneda y servicios, cuando los echaba en su tierra, y no pagaban yantar ni fosadera ni las habia pagado nunca. Cada vecino de Cubillo debía pagar al año como derechos a su señor, por ser suyo el solar en que se moraba, media fanega de centeno y cuatro dineros.

En Cubillo, en la iglesia de Sant Vicente, habia un preste y un gradero, que suman ración y media y sexta.
Preste: era el encargado de decir las misas, bautizar, oire la confesión, dar la pentencia, comulgar, impartir el sacramento del matrimonio.
Gradero: Eran religiosos que solo tenían ordenes menores debían tocar las campanas de las iglesias, abrir y cerrar las puertas de las mismas, traer agua, vino y lumbre, encender las lámparas, leer las lecciones, cantar himnos, responsos, rezar salmos, etc.

Se encuentra en la zona de Los pueblos del camino olvidado, un camino que con 637 kilometros, se iniciaba históricamente en Bilbao para terminar en Villafranca del Bierzo. De ahí llegaban a Santiago de Compostela en apenas una semana de ruta francesa.