Más de tres décadas después, la propaganda ha puesto en circulación la historia de la Tejeda de Tosande y será invadida por centenares de turistas admirando sus tejos centenarios, milagrosamente a salvo de los estragos de la especie en la Cordillera Cantábrica, para surtir de los famosos arcos de tejo a los ingleses de la Edad Media.
Ahora senderos con escaleras, barandillas para que los turistas no se caigan, aparcadero de coches en la CL-626.
La naturaleza prostituida… para sacar dinero…