No puede precisarse el momento en el que aparecieron en la
Montaña Palentina asentamientos de población organizados que darían lugar a la formación de los
pueblos de estas comarcas. Aparte de noticias inciertas de épocas anteriores, en documentos de los siglos IX y X ya se nombran muchos términos y lugares de esta zona.
El
pueblo de
El Campo al parecer se cita expresamente por primera vez en documentos de 1037 y 1069 que se incluyen en el libro "Tumbo de la
Catedral de
León" y según los cuales la condesa Elvira Favílaz pone la
iglesia de
San Salvador de Cantamuda bajo la dependencia de aquella sede episcopal y además dona a ésta posesiones y derechos sobre buen número de lugares en Pernía, Liébana y Saldaña y entre los primeros se encuentra El Campo. Elvira Favílaz es mujer de Munio Gómez, de la
familia condal de Saldaña, y en estos documentos afirma ser fundadora de la iglesia
colegiata de San Salvador, mientras que la
tradición popular asocia a Elvira y Munio con narraciones y leyendas pernianas.
También se cita a El Campo en el documento de 1181 por el que Alfonso VIII concede a su tío Raimundo, obispo de
Palencia, heredades y derechos sobre varios lugares de Pernía y Liébana y entre ellos, El Campo, con su iglesia de San Pedro. Este documento, que viene a establecer el señorío temporal de los obispos de Palencia en Pernía, se guarda en el Archivo de la Catedral palentina y lo transcribe Laureano Pérez Mier en su obra "El Condado de Pernía", de 1934.
El nombre del pueblo procede, obviamente, del latín campus –i, campo, campiña, llanura, posiblemente en referencia a la pradería y a los terrenos relativamente abiertos que rodean a El Campo; en los documentos citados anteriormente se menciona también al pueblo de
Caminos, con su iglesia de San Julián. Este pueblo, hoy desaparecido, al parecer estaba situado entre
Lores y El Campo, en el actual término de este último; puede ser también el lugar que con el nombre de Caminis se cita asimismo, junto con Lores, en un documento de 1216 del Archivo de
Santa María de Piasca, en Liébana,
Cantabria.
En el "Libro Becerro de Behetrías" de 1352, El Campo figura entre los pueblos de la Merindad de Liébana y Pernía sobre los cuales tenían señorío, total o compartido, los obispos de Palencia, en este caso compartido con los hijos de Fernando Díaz Duque.
Según el "Catastro del Marqués de la Ensenada", en 1752 El Campo es uno de los 38 lugares de la jurisdicción de Cervera de Pisuerga, en la provincia de Palencia, pero a diferencia de la gran mayoría de aquéllos, no es señorío del conde de Siruela, sino que es realengo, aunque paga martiniega al mencionado conde de Siruela y yantar al obispo de Palencia como conde de Pernía, lo que nos indica la complejidad de los derechos y jurisdicciones en el Antiguo Régimen. El Campo tiene entonces 20 vecinos, unos 100 habitantes; la extensión de las tierras cultivables se estima en 115 fanegas y la de los prados, en 220; en total 335 fanegas, unas 150 hectáreas; los
montes, matorrales e improductivos ocupan 400 fanegas, unas 170 hectáreas, más otras 400 fanegas de
puertos cedidos en arrendamiento. Produce lino, centeno, cebada y hierba y cría
ganado,
vacuno y lanar, principalmente, existiendo dos
molinos harineros. Como perteneciente al pueblo se registra la “Venta Urbanexa”.
Casi 75 años después, en 1826, en el "Diccionario Geográfico-Estadístico" de Sebastián Miñano, restaurado el régimen señorial por Fernando VII, El Campo es lugar de señorío secular de la provincia y obispado de Palencia, partido de Carrión y jurisdicción de Cervera, con regidor pedáneo. Tiene 23 vecinos, 115 habitantes y se menciona como “magnífico
edificio” la casona construida por el conde de Rábago, “cuya
piedra hermosea la
fachada por ser muy lustrosa”. También se reseña como perteneciente al pueblo la “Venta Orbaneja” y como ocupación complementaria de los trabajos agrícolas de sus habitantes se menciona el acarreo de sal desde las salinas de Poza y Rosío, en
Burgos, y Añana, en
Álava, hasta diversos puntos de las provincias de León y
Zamora.
Veinte años más tarde, en 1846, en el "Diccionario Geográfico-Estadístico-Históri co" de Pascual Madoz figura El Campo como lugar con
ayuntamiento en el partido judicial de Cervera de Pisuerga, provincia y diócesis de Palencia. Entonces tiene oficialmente 11 vecinos, 57 habitantes, pero la población real debía ser bastante mayor; la
agricultura y la
ganadería siguen siendo su medio de vida, habiéndose añadido a los cultivos tradicionales el de la patata. Existe todavía algún
molino y además de los trabajos agrícolas, sus habitantes se dedican también a la carretería y al trabajo de la madera. Se menciona aparte la “Venta Orbaneja”, pero consta como perteneciente a El Campo.
Así pues, la población de El Campo se estabiliza en torno a algo más de los 100 habitantes, manteniéndose de esta forma hasta mediados del siglo XX; el pueblo perdió su condición de ayuntamiento, incorporándose, con
Lebanza, al de San Salvador de Cantamuda y permaneciendo así hasta fechas recientes, en que todos los pueblos de esta comarca se integraron en el municipio de La Pernía, con capitalidad en San Salvador. En el último tercio del siglo XIX comienza en Pernía la explotación de los yacimientos de carbón, algunos en el propio término de El Campo, y el trabajo en las
minas se convierte en una
fuente de ingresos complementaria para los habitantes de la zona. Pero a mediados del pasado siglo los cambios socio-económicos hacen que se vayan abandonando las formas de vida tradicionales y la emigración hacia los núcleos industriales es causa de que la población decrezca rápidamente. En 1980 todavía El Campo tenía 43 habitantes, pero poco más de un cuarto de siglo más tarde, según datos de 2008, tenía solamente 24 habitantes de derecho, de ellos 15 en el pueblo propiamente dicho, aunque aquí la población permanente es menor.