Al norte de la provincia de Palencia, casi al pie de la Sierra del Brezo. Se alcanza por la P-2291 desde Respenda o desde Puebla de Valdavia. Desde el norte, la población de referencia es Santibáñez de la Peña o Guardo. Desde el sur, Puebla de Valdavia o Saldaña.

Pertenece a Respenda de la Peña, a 4 km.

Iglesia parroquial, románica popular. En su interior, varios capiteles tallados y retablo policromado.

Transformador abandonado, conserva cerámica con inscripción y símbolos falangistas de la década de los 50.

Fuente Fontecha, a la entrada del pueblo desde Respenda. Significa "fuente escondida" o "fuente techada", según las fuentes. Mana todo el año un agua fresca y transparente, blanda y recomendada para el guiso de legumbres.

Patronales de Santiago el Mayor, el 25 de Julio. Suele realizarse una torreznada de hermandad abierta al visitante.

La torreznada y luego las partiditas de mus, de tute...etc...

Los habitantes "perennes" se dedican especialmente a la agricultura, habiendo actividad ganadera (ovejas, cerdos y gallinas) e industrial (metalistería).

Los veraneantes han tratado de importar las costumbres adquiridas en sus lugares de emigración (Madrid, País Vasco y Catalunya), sin demasiado éxito: aquí las tradiciones de calma, amabilidad y educación están muy arraigadas.

En el siglo XIII se mienta a Fontecha con el mismo nombre que la fuente, que todavía se nombra igual y que posiblemente dio origen al asentamiento, significado "fuente escondida".

Fontecha tiene una iglesia bajo la advocación de Santiago Apóstol. Es un edificio de estilos románico y gótico (siglo XIII). Destaca dentro de ella, su retablo mayor (siglo XVI) con una imagen de un Santiago Matamoros.

Se ha llegado a asegurar que Fontecha era el emplazamiento de la mítica "laguna de los doce segures", y hasta el sitio donde el emperador Augusto, en una visita que realizó al campo de operaciones de las guerras cántabras, salvó la vida milagrosamente, como consecuencia de un rayo que mató a uno de los siervos que le acompañaban; razón por la cual y en agradecimiento, mandó edificar en Roma el templo dedicado a Júpiter Tonante.

No dispone de alojamientos abiertos al público, si bien la visita es recomendable por los robledales, las lagunas de Fontecha (en el páramo) y el paisaje de transición entre la montaña palentina y las vegas cerealistas. Con cierta frecuencia es posible observar jabalíes, ciervos, perdices, aguiluchos y otras rapaces. En raras ocasiones se ha visto el lobo y este año 2004 el oso. La frecuencia de lobos ha aumentado en los últimos meses así como la visita del oso, del cual se apreciaron huellas el último verano.