A los salvas dedicados al Castillo de Fuentes en la anterior exposición, añado mi plegaria de que Dios conserve sus muros, efectivamente, durante mucho tiempo, y que Santa María nos proteja a todos cuantos admiramos y nos adentramos en dicho lugar. Erase una vez un lugar, y ese lugar tenía un Castillo, enorme, fuerte, casi inexpugnable. Y sucedió que álguien quiso batirlo y lo intentó. Pero lo hizo con tan denuedo, que casi lo consiguió. Pero no del todo. Hoy todavía sus muros no han caido. Y no sólo no caen, sino que se refuerzan, se reconstruyen. Tiene fuerza ese Castillo. Tiene vida propia, diría yo. Se cuentan muchas leyendas, la de la espada, la del viento... Muchos misterios a su rededor. Pero si uno cierra los ojos, y escucha su... El mejor castillo, tiene muros con 11 metros de anchura. Ya les gustaría a muchos municipios tener un castillo como este.