Sí, como cantamos en el Himno de Herrera: PERLA DE LA PIEDAD. Nuestra ermita es una joya preciosa y debido a su emplazamiento tan cercano al río Burejo, sufre constantemente la acción perniciosa de las humedades. Por ello, requiere un cuidado especial, que necesita vigilancia y recursos económicos continuos de todos.