3 meses GRATIS

HERRERA DE PISUERGA (Palencia)

En homenaje al hortelano

Yo también estoy deseando que venda todo y bién en el mercado y que al fín cobre. ¡Me apunto a esa copa!
LA VENTA DE LOS PRODUCTOS DE LA HUERTA:
La venta la realizaba casi siempre mi tia Arsenia, los miércoles tenia el puesto junto al pilon de la plaza y frente al ayuntamiento, los productos estaban en cajas y en sacos o cestas y cestos que se dejaban en el suelo.
Otros días había que cargar el carro y salir a vender a los pueblos, se salía casi de noche pues había que realizar viajes de incluso 30 km. o más, la gente sabia perfectamente cual eran los días de mercado en cada sitio y aquello era toda ... (ver texto completo)
Ánimo Emilio que ya estas en casa, cuando cobres nos vamos de copas.
Yo también estoy deseando que venda todo y bién en el mercado y que al fín cobre. ¡Me apunto a esa copa!
COSECHA Y RECOGIDA DEL FRUTO:
Para esta operación había que bajar el carro, que iba tirado por el macho, era peculiar escuchar sus ruedas de aro metalico en el empedrado de la calle La Piedad (uno de los últimos que se quitaron). Los repollos eran metidos en sacos de malla, las patatas en sacos de yute, las zanahorias había que lavarlas en la acequia y eran atadas por docenas, los pimientos y pepinos iban colocaditos en cajas de madera, cebollas y ajos se ponían en ristras (no sé cómo se les llamaba) ... (ver texto completo)
Ánimo Emilio que ya estas en casa, cuando cobres nos vamos de copas.
COSECHA Y RECOGIDA DEL FRUTO:
Para esta operación había que bajar el carro, que iba tirado por el macho, era peculiar escuchar sus ruedas de aro metalico en el empedrado de la calle La Piedad (uno de los últimos que se quitaron). Los repollos eran metidos en sacos de malla, las patatas en sacos de yute, las zanahorias había que lavarlas en la acequia y eran atadas por docenas, los pimientos y pepinos iban colocaditos en cajas de madera, cebollas y ajos se ponían en ristras (no sé cómo se les llamaba) ... (ver texto completo)
¡Muy, pero muy requetebién Emílio! Como en las sevillanas ¡vamos a por la cuarta! Cada vez te superas más, ¡ah! y ya vemos que tienes muy muy buena memoria.
La verdad Emílio, ¡y ahora fuera de bromas! Es, que para haber vivido ésto tan pequeño te acuerdas perfectamente de todo, daría gusto ver todas las hortalizas recien cogídas, tan frescas camíno del mercado. Antes era muy habitual ver por Herrera a los hortelanos subir o bajar a la huerta con el carro tirado por el macho, pero ya hace muchos ... (ver texto completo)
LAS MALAS HIERBAS:
Cuando las plantas empezaban a crecer había que quitar las malas hierbas para lo que se procedía a bajar el macho y el cultivador y pasarlo con sumo cuidado por los surcos sin que el animal se saliera de este, para eso había que ser hábil con las “riendas” y a mí ya me toco agarrar de la “cabezada” para dirigirle, no veas lo que duele el pisotón de un “macho”, sino es porque te hunde el pie en la tierra te lo parte. Tambien había que sacar la “azada” y empezar a cavar con sumo ... (ver texto completo)
COSECHA Y RECOGIDA DEL FRUTO:
Para esta operación había que bajar el carro, que iba tirado por el macho, era peculiar escuchar sus ruedas de aro metalico en el empedrado de la calle La Piedad (uno de los últimos que se quitaron). Los repollos eran metidos en sacos de malla, las patatas en sacos de yute, las zanahorias había que lavarlas en la acequia y eran atadas por docenas, los pimientos y pepinos iban colocaditos en cajas de madera, cebollas y ajos se ponían en ristras (no sé cómo se les llamaba) ... (ver texto completo)
El RIEGO:
Bajábamos a la huerta siempre por el camino de la chorquilla, si no se llevaba el macho, atajábamos siguiendo la acequia (siempre iba buscando con la mirada algún pececillo, cangrejo, culebra o rata de agua) y cruzábamos a la huerta por una tabla puesta en la acequia para tal fin, justo detrás de la casilla de Angelito (Calilo). Tras dejar las alforjas del almuerzo había que regar a primera hora o mejor cuando bajara el sol, mi padre decía que no se podía regar en las horas del día cuando ... (ver texto completo)
LAS MALAS HIERBAS:
Cuando las plantas empezaban a crecer había que quitar las malas hierbas para lo que se procedía a bajar el macho y el cultivador y pasarlo con sumo cuidado por los surcos sin que el animal se saliera de este, para eso había que ser hábil con las “riendas” y a mí ya me toco agarrar de la “cabezada” para dirigirle, no veas lo que duele el pisotón de un “macho”, sino es porque te hunde el pie en la tierra te lo parte. Tambien había que sacar la “azada” y empezar a cavar con sumo cuidado entre las plantas, era muy importante sacar de cuajo la raíz de las malas hierbas pues sino volvían a crecer rápidamente.
El mal recuerdo que tengo era el sulfatado, había que echar en un fuelle preparado para ello un polvo blanco azulado, he ir de planta en planta pegándoles un soplido del dichoso polvo mal oliente. Esta operación había que hacerla en días con calma y que no hubiese viento, creo que era para matar posibles bichos que atacasen las plantas, ese día no merendaba yo a gusto. Las plantas ya empezaban a crecer, pronto muy pronto y despues de un tiempo y unos cuantos riegos mas veríamos los frutos ya en nuestras manos. ... (ver texto completo)
El RIEGO:
Bajábamos a la huerta siempre por el camino de la chorquilla, si no se llevaba el macho, atajábamos siguiendo la acequia (siempre iba buscando con la mirada algún pececillo, cangrejo, culebra o rata de agua) y cruzábamos a la huerta por una tabla puesta en la acequia para tal fin, justo detrás de la casilla de Angelito (Calilo). Tras dejar las alforjas del almuerzo había que regar a primera hora o mejor cuando bajara el sol, mi padre decía que no se podía regar en las horas del día cuando ... (ver texto completo)
No lo sientas, estás haciendo una narración que casi se siente. El día que tengas tu pedacito de tierra te haré una visita. Yo no se mucho de huerta, o casi nada, pero acompaño muy bien para almorzar y se beber en bota.
El RIEGO:
Bajábamos a la huerta siempre por el camino de la chorquilla, si no se llevaba el macho, atajábamos siguiendo la acequia (siempre iba buscando con la mirada algún pececillo, cangrejo, culebra o rata de agua) y cruzábamos a la huerta por una tabla puesta en la acequia para tal fin, justo detrás de la casilla de Angelito (Calilo). Tras dejar las alforjas del almuerzo había que regar a primera hora o mejor cuando bajara el sol, mi padre decía que no se podía regar en las horas del día cuando ... (ver texto completo)
He leído con mucha emoción el riego con tu padre, Emilio, porque me has recordado a mi misma cuando bájabamos al huerto de mi abuelo. Mi abuelo Maudilio, que era un hombre muy afable y bueno (siguiendo la definición de Machado), no era, sin embargo lo que se dice muy paciente con sus nietos. Los niños le gustaban cuando estábamos quietecitos en la cuna, porque a medida que crecíamos, le poníamos muy nervioso al pobre y enseguida nos gritaba y regañaba por todo. Para su "suerte", la primera recua ... (ver texto completo)
El RIEGO:
Bajábamos a la huerta siempre por el camino de la chorquilla, si no se llevaba el macho, atajábamos siguiendo la acequia (siempre iba buscando con la mirada algún pececillo, cangrejo, culebra o rata de agua) y cruzábamos a la huerta por una tabla puesta en la acequia para tal fin, justo detrás de la casilla de Angelito (Calilo). Tras dejar las alforjas del almuerzo había que regar a primera hora o mejor cuando bajara el sol, mi padre decía que no se podía regar en las horas del día cuando ... (ver texto completo)
Emilio: Me ha encantado tu relato, y ¿sabes? me has hecho recordar que yo también me solía poner al otro lado del surco para decirle a mi padre cuando llegaba el agua, para que lo tapase con el legón y no se desbordara.
Tienes razón, es muy bonito el ver como esa planta se levanta del surco para enderezarse, como tú dices un "milagro" de la naturaleza.
Me parece Emilio que dentro de tí hay un hortelano en potencia, y creo que debieras de tener ese trozo de tierra que deseas, y sembrar esas hortalizas ... (ver texto completo)
El RIEGO:
Bajábamos a la huerta siempre por el camino de la chorquilla, si no se llevaba el macho, atajábamos siguiendo la acequia (siempre iba buscando con la mirada algún pececillo, cangrejo, culebra o rata de agua) y cruzábamos a la huerta por una tabla puesta en la acequia para tal fin, justo detrás de la casilla de Angelito (Calilo). Tras dejar las alforjas del almuerzo había que regar a primera hora o mejor cuando bajara el sol, mi padre decía que no se podía regar en las horas del día cuando ... (ver texto completo)
Emilio: Toda una lección magistral de este oficio. Me has "trasladado" a ese lugar y a esa actividad. Es un auténtico deleite leerte. Un beso.
El RIEGO:
Bajábamos a la huerta siempre por el camino de la chorquilla, si no se llevaba el macho, atajábamos siguiendo la acequia (siempre iba buscando con la mirada algún pececillo, cangrejo, culebra o rata de agua) y cruzábamos a la huerta por una tabla puesta en la acequia para tal fin, justo detrás de la casilla de Angelito (Calilo). Tras dejar las alforjas del almuerzo había que regar a primera hora o mejor cuando bajara el sol, mi padre decía que no se podía regar en las horas del día cuando ... (ver texto completo)
Sigue contando todos los capítulos que quieras Emílio, por dentro del hortelano lo único que se ve es un hijo que añora a su padre y le recuerda con muchisimo cariño. Ahora si entiendo tu sueño de tener un huerto.
Yo recuerdo a tus padres paseando los domíngos por la tarde, de la plaza al hostal, siempre juntos. Emílio ésta imagen es la que tengo de ellos y la que hecho de menos por Herrera, lo mismo que a tu tía MariaJesús. Un beso.
Emilio......"Has estao sembrao"
Emilio, tú relato lo he leido con mucha emoción y he recordado con mucho cariño a tú padre.. Te veo preparadisimo para tener una huerta. Un beso
El RIEGO:
Bajábamos a la huerta siempre por el camino de la chorquilla, si no se llevaba el macho, atajábamos siguiendo la acequia (siempre iba buscando con la mirada algún pececillo, cangrejo, culebra o rata de agua) y cruzábamos a la huerta por una tabla puesta en la acequia para tal fin, justo detrás de la casilla de Angelito (Calilo). Tras dejar las alforjas del almuerzo había que regar a primera hora o mejor cuando bajara el sol, mi padre decía que no se podía regar en las horas del día cuando ... (ver texto completo)
Emilio......"Has estao sembrao"
Emilio, estupendísimas crónicas las que nos estás mostrando, en especial ésta, tan entrañable y henchida de sentimientos.
¡Qué guapo eres! Sigue haciéndonos disfrutar con estos MOMENTAZOS.
un abrazo
gracias, gracias
El RIEGO:
Bajábamos a la huerta siempre por el camino de la chorquilla, si no se llevaba el macho, atajábamos siguiendo la acequia (siempre iba buscando con la mirada algún pececillo, cangrejo, culebra o rata de agua) y cruzábamos a la huerta por una tabla puesta en la acequia para tal fin, justo detrás de la casilla de Angelito (Calilo). Tras dejar las alforjas del almuerzo había que regar a primera hora o mejor cuando bajara el sol, mi padre decía que no se podía regar en las horas del día cuando ... (ver texto completo)
Emilio, estupendísimas crónicas las que nos estás mostrando, en especial ésta, tan entrañable y henchida de sentimientos.
¡Qué guapo eres! Sigue haciéndonos disfrutar con estos MOMENTAZOS.
un abrazo