¡Qué tiempos aquellos!. Cuando eramos chavales y el cangrejo autóctono poblaba nuestros ríos y arroyos. Entonces, se comían tantos
En los bares, que el suelo junto a la barra, parecía una alfombra de
restos de este crustáceos. Además, eran baratos y estaban al alcance de todo el mundo. Recordando aquello y viendo el actual panorama, se le encoge a uno el Alma. En fín, habrá que conformarse. ¡Qué remedio!
En los bares, que el suelo junto a la barra, parecía una alfombra de
restos de este crustáceos. Además, eran baratos y estaban al alcance de todo el mundo. Recordando aquello y viendo el actual panorama, se le encoge a uno el Alma. En fín, habrá que conformarse. ¡Qué remedio!