Piedad, quiero felicitaros por seguir manteniendo el negocio familiar después de tantas generaciones, todo un lujo en los tiempos que corren. Los que disfrutáis a diario de ese
pan tan rico, de ese "pan de verdad", no sabéis el privilegio que tenéis. Volver a Herrera y entrar en la
panadería es trasladarte en el tiempo, volver a los aromas de la niñez. Para mí es una de las mejores cosas de Herrera. Espero que sigáis manteniéndolo por muchos años y que nosotros lo podamos disfrutar.
Un abrazo