Lydia, por cierto, perdona, siento mucho también la muerte de tu padre. En el correo anterior se me olvidó decírtelo.
Hola Piedad, gracias, no te preocupes por el pésame. Lo doy por dado y sentido aunque no se mencione. Mi madre también te manda muchos saludos. Nos da mucha pena lo de tu madre y lo de tu padre. Si mi padre lo hubiera sabido, se habría llevado un gran disgusto. Le afectaban mucho las pérdidas y problemas de sus amigos en su última etapa de la vida. Cuando alguien se moría, se pasaba semanas triste, triste. Era excesivamente sensible en estos temas. Para lo que quieras, aquí estoy. Hay muchas anécdotas, ... (ver texto completo)