En septiembre cuando acababan las fiestas traían para los empleados del ayuntamiento una baquilla, y se encerraban en la plaza de toros junto con los concejales el que quería salía al ruedo y el que no se que daba en el callejón, ferin era uno de los que se quedaban en el callejón y para gastarle una broma metieron la baquilla por el callejón y ferin se desmayo.
Muy buena la foto, Yoli, y mejor el comentario, ja, ja