Juan carlos la verdad es que no estamos en Herrera fue un encuentro casual en Santander justo en la puerta de casa de Santos cuando el habia ido a por el pan y yo iba camino del barrio pesquero.
No nos hubiera importado mojar el pan con nuestras queridas Nati y chus. UN BESO.
Hace algunos años, mejor dicho, hace unas décadas descubrí que estaba condenado a ser calvo. Me dijo un barbero que los hombres que tenían canas prematuras conservaban el cabello hasta el final de sus días, en ese momento sentí envidia sana de mi
amigo Santitos, porque a la edad de 15 años ya comenzaba a tener el pelo blanco.
Me parece que el barbero al que me refiero no tenía idea de lo que decía