La
vía romana de
Herrera de Pisuerga (Pisoraca) a Retortillo (Juliobriga),
Los
ríos encañonados impiden su paso cada poco haciendo muy difícil su avance. Salvo los últimos restos bien conservados de Aguilar de Campoo que vimos destruir hace dos años, poco más queda en la provincia digno de mención salvo algunos puntos en los que se observan restos destruidos en superficie.
Herrera de Pisuerga.
Historia
Corresponde con el emplazamiento de la ciudad romana de Pisoraca, levantada sobre los cimientos de una iberorromana. Lugar de asentamiento desde el año 26 a. C. de la Legio IIII Macedónica, encargada de doblegar a cántabros y astures, dónde permanece durante un periodo de 77 años hasta su traslado a
Alemania. Continuó prosperando durante el Imperio
Romano hasta la llegada de los visigodos, quienes a su vez instalan en ella fuerzas
militares para el control de la zona.
Despoblada a mediados del siglo VIII, debido a la política de desertización como consecuencia de la invasión sarracena, es repoblada de nuevo a partir del IX. Dos siglos más tarde aparece mencionada en un documento como “Ferrera”. En esta época figura como cabeza de un alfoz.
En 1130 Alfonso VII apresa al conde Pedro de Lara debido a sus intrigas y a los problemas que causaba en el reino, logrando al año siguiente la rendición del
castillo de Herrera de Pisuerga en poder de los seguidores del conde. Nuño Pérez de Lara figura como tenente de la fortaleza en 1161.
En 1330 Alfonso XI
compra la villa, el castillo y aldeas por 180.000 maravedís, y otorga varios privilegios con el fin de favorecer la repoblación y reconstrucción de la localidad y sus aldeas, arrasadas tras los ataques y saqueos llevados a cabo por Fernán Ruiz de Castañeda.
A mediados del siglo XIV figura como posesión de la reina de Castilla a la que pagan martiniega, yantar y marzadga, recibiendo el rey servicios, monedas y fonsadera. El 12 de agosto de 1379 Juan I dona el lugar a Pedro Fernández de Velasco, quién había permutado con Enrique II la villa de Rueda por la de Herrera de Pisuerga.
Es incorporada por su hijo Juan al mayorazgo principal de la
Casa de los Velasco, que va comprando diversas posesiones hasta formar un gran núcleo señorial, heredado en 1418 por su primogénito Pedro Fernández de Velasco, primer conde de Haro, a quién más tarde sucede su hijo, Pedro de Velasco, primer Condestable de Castilla.
En 1517 Carlos V, en su primer viaje a
España para tomar posesión como rey, pasa por la localidad alojándose dos días en la casa, quizás el castillo, de Pedro de Velasco. Vuelve a pasar por Herrera de Pisuerga cinco años más tarde, a su regreso de Alemania donde había sido proclamado emperador.
Según los datos del Catastro de Ensenada, en 1752 es señorío del Duque de Frías, con 170 vecinos, entre los que se incluyen viudas, beneficiados y capellanes. Cuenta con 165
casas habitables, además de otras 5 inhabitables.
Figura en el nomenclátor de 1785 como villa de señorío secular, perteneciente al corregimiento de
Burgos, partido de Villadiego, con alcalde mayor de señorío.
Durante la primera guerra Carlista, pasa en 1836 por la localidad una expedición carlista al mando del general Miguel Gómez de
camino a la capital palentina, perseguidas a poca distancia por el general Espartero.
A mediados del siglo XIX el nýcleo urbano estaba formado por 190 casas, ocupadas por 143 vecinos, equivalentes a 744 almas.
Según el censo de población realizado a finales de 1877, contaba con una población de derecho 1.529 habitantes, de los que 746 eran varones y 783 hembras.
La localidad tiene el título de “ciudad”, otorgado por la reina María Cristina en 1902.