Año 1964. En la
fuente de los Cuatro
Caños con mis hermanos y dos familiares. Recuerdo la arboleda que llegaba hasta la trasera del
Hostal y la cantidad de cangrejos autóctonos que había en el regacho que por allí pasaba (entonces el Burejo no había sido saneado en ese recorrido y se podía pasar pisando las
piedras, al menos en
verano).