Aquellos juegos del alma

(18 de Mayo de 1960)

Buen, bueno Gonzalo, de esto meacuerdo muy bien, cuando las noches de verano nuestros padres salian al fresco, en la calle quintana y todos los niños/a jugabamos no se cabia todos en fila para soltar, pero no me acordaba como se llamaba el juego, gracias, por recordarlos y tu sigue y nicaso, no merece la pena un abrazo.
Te deseo una pronta recuperación. Me alegro que todo saliera bien Un saludo
Änimo Gonzalo. Que no te desanimen. Popis, te digo lo mismo. En cuanto al juego del burro, cómo no lo vamos a recordar, sobre todo los 30 ò 40 kgs que nos caian a
plomo encima. También recuerdo mucho el juego del pincho, cuando llegaba la prima-
vera. Y tantos y tantos. Saludos.
Tienes toda la razón, pero estas tonterías me sublevan, odio la destrucción porque sí.

Respecto al juego recuerdo que jugábamos mucho y no pensábamos es nuestras espaldas. Siempre había tácticas de caer el más fuerte sobre el más débil, romper la montura y volver a empezar. En Herrera se decía OJO DE BUEY, TAYO, PUERTAS o TIJERAS, si no recuerdo mal y, si no acertabas a empezar otra vez.
Como observo y leo esto va por onos derroteros que a poco o a nada conducen. Con lo cual voy a exponer mi trabajo de hoy tratando de paliar un poco la situación. Hace meses, concretamente en Febrero expuse una relacion de juegos infantiles y hoy he destacado este trabajo. El Juego del pico, zorro, zaina o el burro com tambien se conoce. Espero que evoque viejos recuerdos de aquellos tiempos en los que todos fuimos mejores y estabamos cargados de inocencia