Hermosa cocina en su tiempo. Pero tenía un problema, en verano también había que
cocinar y aguantar el calor. Una reliquia que en tiempos calentò pràcticamente todos los hogares herrerenses. La cocina econòmica. Lo que hubiera dado yo, hoy mismo, por pisar esas hojas en nuestro parque, Tope! Me estoy viendo ir por la parte del campo de fútbol, pisando montones de hojas, me encantaba. Es un recuerdo que siempre ha estado conmigo.
Me alegro que lo hayas pasado tan bien este año. Ahora a ilusionarse con el siguiente.
Gracias por todo lo que, día tras día, nos has ido contando. Un beso Arambol, yo también desconozco el uso de esa puerta superior, porque creo recordar que en la que teníamos en casa esa puerta no existía, esperemos que algún experto nos lo esplique. Os habéis dado cuenta que en la parte de arriba hay una hendidura, seguro que se abriría del calor que cogía, ya que había veces que se ponía al rojo vivo. Recuerdo las escorias, eran un tesoro para las montañas del Belén, aun en mi casa y al lado de las figuritas del nacimiento hay alguna, cuando era carbón de antracita... Hola Tope, dale las gracias a tu hermana por la información facilitada. Recuerdo de niño, que por esa apertura se metía una varilla de hierro en cuyo extremo tenía una chapa rectangular, que como tu dices, se hacía de uvas a peras.
Empleas la palabra atizar, el atizar era cuando se metía el gancho entre el carbón ardiente para facilitar hueco entre las piedras y que el aire limpio hiciese que éste ardiese con más fuerza.
Quizás mi memoria me falla, pero las cocinas bilbaínas que conocí, solo...