Cuando no se tiene cerca la
huerta es cuando uno se da cuenta de la diferencia que hay entre lo que compramos y lo de
casa. Gracias, pero sobretodo gracias a mi padre, que con casi 80 años y varias vertebras dañadas, todavía tiene humor para ello.
¡Cuánta razón tienes! Como nos aprovechamos cuando estamos en Herrera y podemos disfrutar de estos productos de la
huerta, del
pan, de las salchichas, de las morcillas etc, etc, aunque nos volvamos con unos kilitos de más pero sabe todo tan rico...
Un beso Jerico26, se te echaba de menos