Lydia, en relación al "hilo" del tema que comentas, hace unas fechas describí una anécdota que pasó a tus amigas Raquel y Violeta, sin que ésta me haya respondido para comentarme el final de la misma, y que es la siguiente:
"No recuerdo el año, yo iba hacia Santander en el tren "correo", que paraba a unas horas intempestivas de la madrugada en Herrera, y me encontré en el viaje a Raquel y Violeta, que iban a nuestro pueblo.
El tren era larguísimo, y era muy dificil que el coche en el que viajabas te dejara cerca del andén de la estación, y sucedió, que por una parada "tecnica", el tren se detuvo, y pensamos que ya había llegado a la estación de Herrera, al verse las luces de la estación a lo lejos, por lo que Raquel y Violeta, procedieron a bajarse con sus "bártulos", me despedí y el tren reanudó la marcha. Pero cual fue mi sorpresa, que al pasar por la estación ví que era San Cristóbal o Espinosa (no recuerdo), así que no sé como acabaría la historía, y la cara que pondrían las pobres al ver que no habían llegado a Herrera, y se encontraban tiradas en otro pueblo de madrugada.
No sé si tú o Ana O., conocereís el final de la historia.
Un saludo.
"No recuerdo el año, yo iba hacia Santander en el tren "correo", que paraba a unas horas intempestivas de la madrugada en Herrera, y me encontré en el viaje a Raquel y Violeta, que iban a nuestro pueblo.
El tren era larguísimo, y era muy dificil que el coche en el que viajabas te dejara cerca del andén de la estación, y sucedió, que por una parada "tecnica", el tren se detuvo, y pensamos que ya había llegado a la estación de Herrera, al verse las luces de la estación a lo lejos, por lo que Raquel y Violeta, procedieron a bajarse con sus "bártulos", me despedí y el tren reanudó la marcha. Pero cual fue mi sorpresa, que al pasar por la estación ví que era San Cristóbal o Espinosa (no recuerdo), así que no sé como acabaría la historía, y la cara que pondrían las pobres al ver que no habían llegado a Herrera, y se encontraban tiradas en otro pueblo de madrugada.
No sé si tú o Ana O., conocereís el final de la historia.
Un saludo.