Yo lo único que puedo comentar de las escuelas nacionales, es el haber oído contar a mi padre el frio horroroso que pasaban en ellas los inviernos. En una ocasión dejaron castigados a unos chiguitos (hablamos de los àños 20), y al maestro, que se había ausentado de la escuela, se le olvidó volver a abrirles la puerta. Al hacerse de noche, los niños tuvieron que quemar algún banco de madera para poder calentarse porque no resistían el frio. Los padres los buscaron por todo el pueblo. Se armó una buen follón al descubrirse la historia.
Desde luego parezco doña Cebolleta, siempre contando historias, espero no aburriros con mis cosas.
Saludos para todo el foro.
Desde luego parezco doña Cebolleta, siempre contando historias, espero no aburriros con mis cosas.
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