San Cristobal era uno de los días más señalados de aquellos largos veranos de nuestra infancia. Todos los chiguitos montados en los engalanados coches, carros y remolques de los camiones recorriendo el pueblo. ¡Qué bien lo pasábamos!, era una gran fiesta.
¡Qué afortunado, Antonio! Tu ibas al volante, junto a tu madre, se la ve a la izquierda y creo que a tu abuela se la adivina a la derecha contemplando la escena (por el vestido)
¡Qué afortunado, Antonio! Tu ibas al volante, junto a tu madre, se la ve a la izquierda y creo que a tu abuela se la adivina a la derecha contemplando la escena (por el vestido)